El lavavajillas lava mal: te diste cuenta hace tiempo, ¡pero no entiendes por qué! Los vasos quedan opacos, en los cubiertos permanecen restos desagradables de comida y las ollas quedan sucias. ¿Qué ocurre? No siempre es posible saberlo de entrada…
Las causas de un lavavajillas poco eficiente pueden ser muchas. Veamos juntos las más comunes, ¡todas se pueden resolver sin llamar a un (costoso) técnico especializado!
Sucede con frecuencia que al finalizar el lavado, el vidrio queda rudo, opaco y manchado. La pérdida del brillo del vidrio puede darse por dos causas. La primera es la corrosión: en pocas palabras, los vasos sufrieron daños permanentes. Las causas pueden ser: temperaturas demasiado elevadas, baja calidad del vidrio, desgaste debido al tiempo. En este caso, no existe ninguna solución y debes sustituirlo.
Sin embargo, el depósito de cal en los vasos es la causa más común. En este caso, puedes tratar de resolverlo. Controla que en el lavavajillas haya suficiente sal gruesa.
La sal sirve, justamente, para hacer funcionar correctamente el ablandador, el dispositivo que se encarga de eliminar la cal del agua. El abrillantador también sirve para proteger la vajilla de la cal, pero atención: si ya se encuentra en el detergente, no debes agregarlo.
Si, una vez finalizado el lavado, abres la puerta del lavavajillas y notas agua en el fondo, significa que hay un problema. El lavavajillas no logra descargar toda el agua. Seguramente también notas restos de comida en la vajilla y un mal olor. ¿De qué depende este problema?
Podría ser el filtro sucio, completamente obstruido por una espesa capa de grasa y de restos de comida. Quítalo de su lugar y realiza una limpieza profunda.
Si el problema sigue, controla el tubo de desagüe. Puede obstruirse por culpa de palillos, semillas de limón, etiquetas de papel de frascos o plásticos.
Seguramente has notado que en el lavavajillas hay dos aspas con pequeñas boquillas. Cuando el lavavajillas está activo, las aspas giran rápidamente y rocían agua por las boquillas.
Por lo tanto, es muy importante que los pulverizadores puedan moverse libremente y que no tengan obstáculos. Cuando cargues el lavavajillas, haz una prueba haciéndolos girar con un golpecito. Si chocan con tapas, cucharas u ollas, cambia la disposición de la vajilla.
Otro problema son los orificios tapados. Si el lavavajillas lava mal, controla que los orificios de las aspas no estén tapados por trocitos de papel, restos de comida o grasa. Quita las aspas y lávalas con agua caliente y con un objeto fino y puntiagudo para liberar los orificios (por ejemplo, un pequeño clip metálico).
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Enciendes el lavavajillas, todo parece funcionar como de costumbre pero de repente «se bloquea». Y por dentro no hay señal de agua. Antes de llamar a un técnico o de desarmarla solo, ¡controla que esté abierta la llave del agua!
Parece una solución tonta pero es un descuido que sucede más seguido de lo que te imaginas. El lavavajillas es un electrodoméstico inteligente y no carga el agua si no está todo en regla. Si sigues con este problema, también controla que la puerta se cierre de forma correcta y que la manguera de entrada del agua no esté aplastada, enredada o tapada.
Para prevenir gran parte de los problemas más comunes que bloquean el lavavajillas, es necesario realizar el mantenimiento.